Los palitos de salvia y hierbas se pueden usar para limpiar el aura, por ejemplo, antes de la meditación o la oración. Los trabajadores del cuerpo y los terapeutas los usan con mucha frecuencia antes de los tratamientos. 
 
La salvia se ha utilizado durante mucho tiempo para conectarse con el reino espiritual o mejorar la intuición. Quemar salvia puede elevar el estado de ánimo de uno, y también podría ser un gran aliado contra el estrés.
 
La práctica de quemar salvia es bastante simple: una concha o un tazón de cerámica, platos de arcilla o vidrio para mantener la salvia  recuperar las cenizas, opcionalmente puede usar plumas o abanicos para avivar el humo.
 
Sahumar es un ritual que existe desde tiempos remotos, formando parte de la tradición de diversas culturas y creencias.
 
Parte de esta creencia radica en considerar al humo un agente capaz llevarse todo aquello que no nos pertenece. 
 
Pero sahumar no es simplemente generar humo, también es importante conocer otro agente participante en este ritual:
tu intención, ese contenido que nuestra conciencia le otorga a todo lo que hacemos, con un fin determinado.

Cuándo sahumar?

No existen fechas exactas o momentos del día específicos para realizar una limpieza energética,
lo ideal siempre es guiarnos por nuestra propia intuición y necesidad.
Sin embargo, podemos aprovechar algunos aspectos para potenciar este ritual. Cada fase de la Luna nos provee una energía particular.
 
En su fase Menguante, el astro comienza a oscurecer para darle inicio a un nuevo ciclo (Luna Nueva).
 
Este momento de cierre y reflexión nos va a favorecer para poder eliminar todo aquello que no nos esté haciendo bien.

En qué momento del día?

La luz atrae más luz. Idealmente los sahumados se realizan los días soleados por la mañana,
tratando que el espacio a tratar este físicamente limpio antes de comenzar el ritual.
 
Ordenar el espacio, sentir que hay una armonía nos va a ayudar a limpiar mejor.
 
Es importante encontrar un momento de serenidad y tranquilidad en solitario, para lograr estar en armonía con vos mismo y con tu entorno.
 
No es algo que debamos hacer apurados y de no encontrar ese momento de quietud, es preferible posponerlo para otro momento.
 
Los ramilletes, en cambio, se encienden por la punta con fósforo o encendedor sin desatarlos.
Teniendo esto en cuenta y habiendo encontrado nuestro momento, disponemos nuestros elementos en el lugar que elegimos.
 
Podemos empezar y concluir nuestro sahumado en un mismo lugar, o también recorrer cada parte
de la casa con el humo (recordá que el cuenco de sahumado puede levantar temperatura,
si elegís trasladarte, sostenelo con algún pañuelo o tela).
 
Las hierbas ya quemadas las vamos haciendo a un lado en el mismo cuenco y vamos a ir colocando nuevas por encima del carbón.
 
Repetirlo hasta sentir que concluimos la tarea o hasta que el carbón se apague por completo.
Ramilletes de sahumado: Encendemos el ramillete por la punta con un fósforo o encendedor, sin desatarlo.
 
Cuando el fuego cese, dejamos que el humo haga su trabajo. Sosteniendo el ramillete, recorremos cada espacio y rincón, procurando alcanzar lugares poco transitados como esquinas y rincones.
 
El ramillete se ira apagando varias veces durante este proceso, no dudes en encenderlo cuantas veces consideres necesarias hasta terminar tu ritual. No es necesario usar todo tu ramillete. Para apagarlo, podes presionarlo contra alguna superficie no inflamable, como un cuenco cerámico y una vez apagado, guardarlo en un lugar fresco y seco para volverlo a utilizar.
 
Qué hacer al terminar?
Es importante terminar nuestro ritual de sahumado con un agradecimiento, recordando la intención que manifestamos al comienzo.
Darle un cierre nos ayuda a soltar nuestro pedido y no llevarlo con nosotros el resto del día.
En cuanto al espacio, podemos ventilar abriendo puertas y ventanas y si nos sentimos cansados por el trabajo,es recomendable tomar un baño para limpiarnos de los restos energéticos que puedan haber quedado.